Creo que pocas cosas causan tanto terror en el corazón de los estudiantes que tienen que recorren un buen trecho de camino para llegar a sus escuelas como saber que tienen un descanso de tiempo entre una clase y otra que es justo muy grande como para aburrirte pero no lo suficiente para regresar a casa y después a la escuela. En la mayoría de los casos esto obliga a los estudiantes a estar vagando sin rumbo durante ese tiempo muerto, pues por raro que parezca, eso de estudiar fuera de las horas obligadas no es un hábito que se adquiera rápido ni que sea frecuente de encontrar en los estudiantes.
Este semestre me toca uno de esos descansos el día miércoles. Justo las horas como para aburrirme pero no tantas como para poder hacer algo fuera de la escuela. No es agradable, pero por suerte ya no soy un joven con una vida y pensamientos ocupados en Dios sabe qué piensan los adolescentes que les consume tanto tiempo de sus días y sin embargo no les interesa lo suficiente como para no aburrirlos. Ahora tengo la inquietud de hacer algo productivo con mi tiempo y tengo obligaciones que no estoy cumpliendo cada que me entrego a los placeres de dejar a mi mente divagar sin rumbo. Así, la misión es encontrar algo que hacer con ese tiempo, en el caso de no tener trabajo que adelantar que sea posible realizar en la escuela.
Cabe señalar que las tareas que nos dejan para realizar en nuestras casas en la maestría no siempre se pueden hacer tomando un cuaderno y redactando, es más, no se pueden hacer con toda tranquilidad estando sentado en la sala de cómputo (o las oficinas, como me gusta llamarles a esos no cubículos) porque es necesario estar consultando mucha información y el ambiente de trabajo allí no es el ideal para ello. Bueno, eso dicen, en realidad cuando hay trabajo por hacer prefiero hacerlo aunque no sean las condiciones óptimas para ello que llegar quejándome de haber pasado una noche entera sin dormir por querer terminar un trabajo de un día para otro. Cuestión de enfoques. Lo que sí es cierto es que hay trabajo que requiere de estar sentado frente a una computadora y eso no siempre está disponible.
Es aquí donde además se debe pensar en actividades que se ajusten en ese tiempo muerto, que no consuman ni más ni mucho menos del que se tiene disponible, pues si no se volverían una fuente de frustraciones que es preferible evitar. Y por si fuera poco, hay que considerar que terminado ese tiempo sin actividad hay que volver a un seminario por la tarde, que si bien no es del todo exigente, requiere mínimo estar alerta para trabajar en él.
Todo esto me lleva a darme cuenta, de nuevo, que ahora valoro más mi tiempo y me siento menos inclinado a perderlo en tonterías. Es decir ¿Qué tanto son 3 horas? Pues son mucho, cuando tu vida está llena de cosas por hacer, y por supuesto no importaría sin fueran 3 o 10 si nada te apremiara. Que consideres tu tiempo valioso también indica que consideras de valor lo que haces, lo cual es algo muy agradable.
Efectivamente. Es todo mi comentario. Gracias.
ResponderEliminar° o° fuck yeah!
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