miércoles, 1 de febrero de 2012

Sobre las conversaciones de los hombres

El día de hoy la conversación que hubo en el periodo sin actividades que tenemos en la maestría entre la práctica supervisada en la mañana y el seminario de la tarde surgió de mi compañera colombiana. Una de sus hermanas es integrante de la selección juvenil de fútbol de Colombia y hoy mismo jugaría los cuartos de final de torneo suramericano contra Brasil. De esto hablamos muy poco, sólo fue el origen del resto de la charla.

Hablamos acerca de los vicios en los que caen los jugadores de fútbol mexicanos, de cómo esa selección juvenil campeona no alcanzó a cumplir con la expectativa que se tenía de sus integrantes cuando llegaran a ser profesionales, de lucha libre mexicana, de lucha libre americana, cómo es increíble que el tema musical de Alberto del Río haya sido grabado por un mariachi cuando suena tan español, y así de algún modo hasta terminar hablando de política, de cierta serie de Televisión (Capadocia) y no recuerdo ya qué más, pero abarcamos toda la amplia gama de temas de interés masculinos posibles.


Esto implicó que la compañera colombiana participara poco en la conversación, además del hecho de que nos olvidamos de lo que a ella le interesaba y le tenía entusiasmada, claro está. Quizás a la conversación le faltó el toque femenino, pero fue agradable poder hablar de tonterías con mis compañeros de maestría. Durante el semestre anterior las oportunidades de poder platicar sin que de fondo existiera el conocimiento mutuo de que teníamos mucho trabajo por hacer y entregar terminaba por encaminar la dirección de todas nuestras conversaciones hacia terrenos académicos. Ahora recién iniciamos el semestre y la carga de trabajo luce menos pesada que durante el primer semestre en la maestría, esto se refleja en una sensación de tranquilidad generalizada entre todos los residentes.

Por cierto que la selección colombiana femenil de fútbol sub-20 (cuantos adjetivos, por Dios) perdió 1-0 contra su similar de Brasil (qué cómodas las frases hechas) y hasta allí quedó la aventura de las colombianas. Sin embargo, parece ser que fue un buen papel para ellas, incluso el resultado no fue abrumador, pues Brasil venía de ganar por golizas de esas que tanto nos gustan a los morbosos que no tenemos interés en absoluto en el fútbol.

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