lunes, 4 de junio de 2012

Day 1 - Me

Como parte del reto de 30 días, que espero me recuerden diariamente o mañana mismo olvido.

viernes, 17 de febrero de 2012

Sobre Nasus II

Retomando el tema que dejé abandonado desde hace ya una saludable cantidad de tiempo, hablemos ahora sobre los ítems ideales para Nasus.

El primer ítem relevante son las botas de movimiento, en especial porque Nasus es un personaje de combate cuerpo a cuerpo y una elección apropiada de botas facilita su labor ofensiva. La opción que suelo tomar es Mercury Threads por su componente de Tenacidad, seguidos de Ninja Tabi por su componente de reducción de daño. En el caso de Nasus, que los efectos de reducción de movimiento duren lo menos posible en él es una característica deseable por sobre cualquier otra que ofrecen las demás botas disponibles. Ninja Tabi es una opción únicamente cuando el equipo rival está conformado por muchos champions AD, con poco CC y que además quieran matar a Nasus antes que a champions menos resistentes, circunstancias poco comunes de encontrar. Podría considerarse botas parra reducir cooldowns de las habilidades, con lo que Siphoning Strike podría ser activando con más frecuencia, pero ese componente se puede obtener de otros ítem.

Para las necesidades ofensivas de Nasus, Sheen es todo lo que se necesita, con la posibilidad de mejorarla a Trinity Force si el juego se prolonga lo suficiente. El crecimiento natural de la Q de Nasus se beneficia de un ítem que hace a que siguiente golpe sea muy poderoso, además de que el proc de Sheen se dispara con el hecho de activar tu Q. Es así como una vez obtenida Sheen es posible matar de un sólo golpe a minions con Q sin error y en los teamfights es difícil desperdiciar una activación de este item. Los demás componentes de Trinity Force son deseables, pero no una prioridad.

Como ya se dijo que Nasus funciona mejor al ser armado como un tanque, veamos las mejores opciones disponibles para alcanzar esa configuración. Como es caso frecuente con los ítems defensivos, qué se compre y en qué orden depende del equipo contrario, por muy atractivo que un Thornmail luzca, quizás no sea la mejor idea armarlo en primer lugar si el equipo está cargado al AP.

Las mejores opciones para ítems de Armadura son Randuin's Omen y Frozen Heart, proporcionan la resistencia apropiada en cantidades generosas y además incluyen componentes que le son útiles a Nasus. Randuin's incluye un Heart of Gold en su armado, que proporciona oro por 5 s., siempre bienvenidos, y su activo suele ser decisivo en teamfights. Frozen Heart se arma a partir de un Glacial Shroud que proporciona reducción de cooldowns y al igual que Randuin's, el aura de Frozen es vital en teamfights. Un factor para decidir entre estos dos radica en que Randuin's es máfinas fácil de comprar gracias al g/5 s. de Heart of Gold, lo cual lo hace más accesible en matchs poco favorables o con poca posibilidad de farmear Q.

Para resistencia mágica la opción es Force of Nature. Proporciona regeneración, resistencia y velocidad de movimiento, todo deseable para Nasus. Banshee's Veil no proporciona tantas estadísticas relevantes para Nasus, aunque su aportación de HP y el escudo protector no son despreciables. Aquí hay que mencionar Chalice of Harmony que además de proporcionar una cantidad modesta de Resistencia Mágica da una regeneración de maná estupenda. Por supuesto esto sólo tiene peso cuando Nasus se ve obligado a depender de su E para sobrevivir en lane. Abyssal Scepter suena como a una idea graciosa porque haría de tu ultimate devastador, pero es preferible que lo obtenga un compañero de equipo que sea AP puro.

Finalmente, Aegis of the Legion es el ítem de soporte para cualquier champion, si no hay nadie que lo esté armando, Nasus es un candidato ideal, lo mismo que un Shurelya's Reviere que tiene además la ventaja de tener como componente un Philosopher's Stone. Guardian Angel sólo es práctico cuando tienes dinero de sobra, las resistencias que ofrece son decentes y volver a la vida en ocasiones no resulta en morir dos veces en el mismo lugar, pero es más bien un ítem de lujo.

Es posible armar a Nasus con Warmog's Armor y Atma's Impaler, a cambio de sacrificar las armadura y resistencia mágica. Esto es riesgoso, pero puede ser viable en los casos que Nasus no está siendo el foco de los ataques o cuando se está ganando.

martes, 7 de febrero de 2012

Sobre Nasus

Escribiré un poco sobre League of Legends. Primero porque me gusta muchísimo ese juego, y segundo, porque es una oportunidad para practicar mi habilidad argumentativa, cosa que es muy importante que pula.

Sobre Nasus hablaré de los items que considero mejores para jugarlo, considerando que no soy ningún experto en LoL ni en Nasus en particular, sino sólo una persona que gusta de jugar e intenta hacerlo bien. Es así como se hace evidente que hablaré de mi experiencia limitada sobre el tema, más que de conocimiento formal construido de análisis exhaustivos referentes a Nasus. Suena ocioso que alguien pudiera dedicar tiempo a un análisis detallado de los pros y contras de los diferentes elementos que constituyen jugar con Nasus, pero quien piense eso seguro es la primera vez que entra en contacto con el tenebroso mundo de los jugadores hardcore; los de verdad, no los que dicen serlo sólo por gastar cantidades ingentes de dinero en videojuegos.

De los items para armar a Nasus hay dos builds que he intentado. El primero, cuando empecé, fue el de armarlo como un DPS melee, el segundo es armarlo como un Tanque con la adición de una Trinity Force, si es posible obtener el dinero para comprarla. De estos dos build me parece que el ideal es el orientado a armar un tanque, aunque Nasus no sea un tanque de verdad.

Nasus tiene un HP alto y buenas resistencias pero carece de las habilidades que le permitirían desempeñarse como tanque de una manera eficiente. No tiene manera de iniciar un teamfight, no tiene manera de incrementar su resistencia durante el combate además de su ultimate y no puede deshabilitar a lo champions enemigos de manera que atraiga sus ataques contra él. Si bien su W (Wither) ralentiza el movimiento y ataque de un champion objetivo, esto tiene un costo elevado de maná y es más bien un mecanismo para perseguir durante el combate y ganar duelos contra otro champions AD. De modo similar, el últimate de Nasus tiene una función ofensiva más que defensiva, idealmente, pues Nasus sólo gana HP al activar su R (Fury of the Sands), no obtiene bono a defensa física o mágica.

¿Entonces porqué como tanque?

La razón principal es la Q (Siphoning Strike) de Nasus escala con una acción que se realiza a lo largo de cualquier juego de LoL: dar last hit a minions. Esto se traduce en que Nasus está incrementando el daño de su única habilidad que es un ataque inmediato durante todo el juego, sin necesidad de comprar items para ello. Esto permite que el dinero que se obtiene de los minions pueda ser invertido en items de supervivencia, que a su vez facilitan la tarea de farmear minions, y esto se vuelve cíclico. Así como otros champions tienen un efecto de bola de nieve marcado con sus primeros kills que financian sus ítems de daño, como Akali, Nasus tiene un efecto similar, pero más lento. Si el juego no se prolonga lo suficiente o no hay oportunidad de obtener last hits, el daño de Nasus será mínimo, lo que equivale a decir que Nasus es un champion de alto riesgo, alta recompensa, pero en un sentido un poco diferente al convencional.

Armar items de DPS en Nasus lo convierte en una especie de cañón de cristal que no cuenta con mecanismos de escape al momento de ser el foco de los ataques enemigos y que requiere de atacar cuerpo a cuerpo a los enemigos. Esta es una combinación poco favorable y para compensar por ella hay que invertir en items o usar masteries y runas apropiadas. Seguir este camino lleva a no aprovechar las ventajas de Nasus ya mencionadas y si el juego no permite obtener dinero para los ítems de DPS, el valor de Nasus en una teamfight se ve reducido a tal grado que deja de tener importancia.

Por el contrario, armar a Nasus como tanque permite sobrevivir hasta el momento de conectar un Q a un champion enemigo, que idealmente, hará una cantidad de daño respetable. Permite poder usar W en un carry AD peligroso, sin que el objetivo de esta habilidad te elimine antes de acercarte lo suficiente. Facilita resistir hasta que tu E (Spirit Fire) termina de canalizarse con las ventajas de reducción de armadura al equipo contrario que esto acarrea en una teamfight. Hace que tu R sea temible, pues tu HP y daño adicional van acompañados de resistencia para respaldarlos y por unos segundos tus enemigos tienen que librarse de ti o sufrir las consecuencias, lo que en una teamfight es perfecto, porque facilita la labor del resto de tu equipo.

Y veo que ya me prolongué, así que luego sigo, ahora sí, con los ítems específicos que me gusta usar.

domingo, 5 de febrero de 2012

Sobre los hábitos

Esto de que escribir se haga un hábito no es tan fácil como parece, nunca falta el día en que se te va el tiempo en otras cosas y cuando te das cuenta ya no hay tiempo para sentarte y ponerte a aporrear las teclas para que salgan palabras y, con un poco de suerte, estas formen palabras, luego frases, después párrafos y así sucesivamente hasta terminar de escribir algo coherente.

Aunque es lo mismo para cualquier actividad. Parte del reto de volverte hábil en algo es encontrar siempre el tiempo para realizar ese algo y no dejarlo para otro día, para después, más al rato o nunca jamás. Es difícil, de ahí que pocas personas sean capaces de formarse hábitos que se traduzcan en habilidades útiles en la vida. Suena feo, pero la mayoría de las personas son (o somos) terribles para esto de ser constantes. Lo común es que se abandone pronto cualquier tarea que requiera de determinación para lograrse, en especial si de ella no se obtienen resultados inmediatos.

Sin duda esto tiene mucho que ver con la forma en que los cerebros de los humanos funcionan. A final de cuentas, debajo de todas las funciones mentales superiores y el razonamiento, contamos con un cerebro primitivo motivado por las más básicas de las necesidades. Además de que es impaciente y requiere de satisfacción inmediata. Si llegas e intentas, de la nada, decirle a tu cerebro que requieres de unas diez mil horas de práctica para convertirte en un experto en cualquier cosa al principio no le va a parecer gran cosa, debido a otra peculiaridad del cerebro humano, que es no poder manejar cantidades muy grandes o muy pequeñas. Pero entonces haces la traducción y esas diez mil horas resultan ser más diez años invirtiendo más una hora de práctica diaria sin falta, es allí cuando tu cerebro dice "fuck this shit" y te abandona.

Oh sí, el panorama de que esa es la cantidad de tiempo necesaria para dominar algo como todo un experto suele ser desalentador para casi todo mundo. Por eso, quizás, es que no se le dice a cualquiera que así son las cosas, de por sí es difícil formarte un hábito, lo que menos falta hace es saber que toma una cantidad gigantesca de tiempo que rinda frutos. Si eres capaz de conocer esto, decir "lo hago de todos modos" y en efecto hacerlo, pues, ya estás del otro lado.

jueves, 2 de febrero de 2012

Sobre los tiempos muertos

Creo que pocas cosas causan tanto terror en el corazón de los estudiantes que tienen que recorren un buen trecho de camino para llegar a sus escuelas como saber que tienen un descanso de tiempo entre una clase y otra que es justo muy grande como para aburrirte pero no lo suficiente para regresar a casa y después a la escuela. En la mayoría de los casos esto obliga a los estudiantes a estar vagando sin rumbo durante ese tiempo muerto, pues por raro que parezca, eso de estudiar fuera de las horas obligadas no es un hábito que se adquiera rápido ni que sea frecuente de encontrar en los estudiantes.

Este semestre me toca uno de esos descansos el día miércoles. Justo las horas como para aburrirme pero no tantas como para poder hacer algo fuera de la escuela. No es agradable, pero por suerte ya no soy un joven con una vida y pensamientos ocupados en Dios sabe qué piensan los adolescentes que les consume tanto tiempo de sus días y sin embargo no les interesa lo suficiente como para no aburrirlos. Ahora tengo la inquietud de hacer algo productivo con mi tiempo y tengo obligaciones que no estoy cumpliendo cada que me entrego a los placeres de dejar a mi mente divagar sin rumbo. Así, la misión es encontrar algo que hacer con ese tiempo, en el caso de no tener trabajo que adelantar que sea posible realizar en la escuela.

Cabe señalar que las tareas que nos dejan para realizar en nuestras casas en la maestría no siempre se pueden hacer tomando un cuaderno y redactando, es más, no se pueden hacer con toda tranquilidad estando sentado en la sala de cómputo (o las oficinas, como me gusta llamarles a esos no cubículos) porque es necesario estar consultando mucha información y el ambiente de trabajo allí no es el ideal para ello. Bueno, eso dicen, en realidad cuando hay trabajo por hacer prefiero hacerlo aunque no sean las condiciones óptimas para ello que llegar quejándome de haber pasado una noche entera sin dormir por querer terminar un trabajo de un día para otro. Cuestión de enfoques. Lo que sí es cierto es que hay trabajo que requiere de estar sentado frente a una computadora y eso no siempre está disponible.

Es aquí donde además se debe pensar en actividades que se ajusten en ese tiempo muerto, que no consuman ni más ni mucho menos del que se tiene disponible, pues si no se volverían una fuente de frustraciones que es preferible evitar. Y por si fuera poco, hay que considerar que terminado ese tiempo sin actividad hay que volver a un seminario por la tarde, que si bien no es del todo exigente, requiere mínimo estar alerta para trabajar en él.

Todo esto me lleva a darme cuenta, de nuevo, que ahora valoro más mi tiempo y me siento menos inclinado a perderlo en tonterías. Es decir ¿Qué tanto son 3 horas? Pues son mucho, cuando tu vida está llena de cosas por hacer, y por supuesto no importaría sin fueran 3 o 10 si nada te apremiara. Que consideres tu tiempo valioso también indica que consideras de valor lo que haces, lo cual es algo muy agradable.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Sobre las conversaciones de los hombres

El día de hoy la conversación que hubo en el periodo sin actividades que tenemos en la maestría entre la práctica supervisada en la mañana y el seminario de la tarde surgió de mi compañera colombiana. Una de sus hermanas es integrante de la selección juvenil de fútbol de Colombia y hoy mismo jugaría los cuartos de final de torneo suramericano contra Brasil. De esto hablamos muy poco, sólo fue el origen del resto de la charla.

Hablamos acerca de los vicios en los que caen los jugadores de fútbol mexicanos, de cómo esa selección juvenil campeona no alcanzó a cumplir con la expectativa que se tenía de sus integrantes cuando llegaran a ser profesionales, de lucha libre mexicana, de lucha libre americana, cómo es increíble que el tema musical de Alberto del Río haya sido grabado por un mariachi cuando suena tan español, y así de algún modo hasta terminar hablando de política, de cierta serie de Televisión (Capadocia) y no recuerdo ya qué más, pero abarcamos toda la amplia gama de temas de interés masculinos posibles.


Esto implicó que la compañera colombiana participara poco en la conversación, además del hecho de que nos olvidamos de lo que a ella le interesaba y le tenía entusiasmada, claro está. Quizás a la conversación le faltó el toque femenino, pero fue agradable poder hablar de tonterías con mis compañeros de maestría. Durante el semestre anterior las oportunidades de poder platicar sin que de fondo existiera el conocimiento mutuo de que teníamos mucho trabajo por hacer y entregar terminaba por encaminar la dirección de todas nuestras conversaciones hacia terrenos académicos. Ahora recién iniciamos el semestre y la carga de trabajo luce menos pesada que durante el primer semestre en la maestría, esto se refleja en una sensación de tranquilidad generalizada entre todos los residentes.

Por cierto que la selección colombiana femenil de fútbol sub-20 (cuantos adjetivos, por Dios) perdió 1-0 contra su similar de Brasil (qué cómodas las frases hechas) y hasta allí quedó la aventura de las colombianas. Sin embargo, parece ser que fue un buen papel para ellas, incluso el resultado no fue abrumador, pues Brasil venía de ganar por golizas de esas que tanto nos gustan a los morbosos que no tenemos interés en absoluto en el fútbol.

martes, 31 de enero de 2012

Sobre los novios y sus puntos de reunión

En mi salida de hoy al pan me encontré con dos parejas de novios platicando en la puerta de entrada de donde, supongo, vivía la novia de cada respectiva pareja. Digo que debe ser la novia quien vivía en el edificio por ser quien se encontraba más cerca del interior del edificio, mientras que el novio se encontraba más cerca de la calle. Si esa no es una indicación mediante el lenguaje corporal de los roles y circunstancias de una relación entre personas, me como mi sombrero aquí mismo y frente a tantos testigos sea necesario. (Aunque debo pensar que es posible también que los novios se encontraban cerca de la calle porque preferían más el frío del exterior al calor de un edificio, lo cual nos incita a plantearnos preguntas nuevas sobre las relaciones de pareja de hoy en día sobre las cuales no me detendré el día de hoy, o cualquier otro día.)

Una de estas parejas estaba en la puerta de mi propio edificio. Mi departamento, a su vez, es de los dos primeros que se encuentran inmediatamente después de la entrada al edificio, así que cuando las vecinas se encuentran al entrar o salir y se ponen a platicar con un volumen de voz poco discreto, tengo el dudoso placer de escuchar la incesante letanía de quejas y observaciones triviales que compone sus intercambios discursivos. Es decir, me toca chutarme todo el chisme.

Pero no así el caso con esta pareja de novios. No sólo tuvieron el buen tino de decidir entrevistarse en un punto donde serían constantes las interrupciones (como la mía propia al salir por el pan), sino que además platicaban sin hacer escándalo, o al menos con la discreción suficiente como para no haberme percatado de su presencia sino hasta haberlos visto de frente, ya fuera de mi departamento. Por supuesto, es bien probable que sólo se estuvieran despidiendo, y como todos sabemos, las despedidas de novios tienen la tendencia de ser casi tan largas como las mismas citas en las situaciones donde el tiempo apremia y los espacios escasean.

La segunda pareja de novios sólo la vi de reojo, ella se encontraba sentada en los escalones que conducían a la puerta de su edificio y él se encontraba de pie en la acera, aunque a medias, porque las entrada a este edificio se encontraba un poco más al fondo que el nivel de calle. Es decir, estos escalones formaban parte de un pequeño descanso entre la calle y la puerta del edificio, de modo que proporcionaban a la pareja de novios cierta intimidad a las miradas de curiosos sin nada mejor que hacer. Como yo.

De regreso de la panadería sólo encontré ya a la segunda pareja de novios, la pareja que estaba en mi edificio ya no se encontraba en ese lugar o cual agradezco hasta cierto punto, porque es un poco incómodo ser una distracción en los asuntos románticos de la juventud, aún más si se trata de desconocidos.

lunes, 30 de enero de 2012

Sobre los cortes de cabello

Creo que pocas en la vida me den una satisfacción tan difícil de explicar como un corte de cabello. Ni siquiera debería ser algo que cueste el más mínimo trabajo explicar porque me gusta tanto, simplemente es porque me gusta verme bien y un corte de cabello es una vía rápida y directa hacia ello. La dificultad aparece allí, cuando alguien se detiene a pensar en la lógica interna de las ideas que le son presentadas como una explicación del mundo que le rodea y se da cuenta, con justa razón, que debería también explicar cómo es que un corte de cabello me hacer ver bien, porque a final de cuentas, cabello más o cabello menos, no podría ser tanta la diferencia. Ese sí que es un callejón sin salida porque no existe una respuesta razonable para semejante cuestión.

Yo no sé qué es lo que determina que una persona se vea bien o no. Tengo por entendido que existen ciertas reglas no explícitas que son las que delimitan en qué punto una persona comienza a verse bien y qué cualidades debe de cumplir para ello, pero este es un tipo de conocimiento intuitivo que no podría poner en palabras sin tener que pensarlo largo y tendido, quizás con la asistencia de algunas botellas de cerveza, porque sólo se me antoja como tema para ser meditado estando borracho. No es algo que me interese en lo particular, porque cambiaría muy poco cómo me relaciono con el mundo poder expresar claramente los elementos del verse bien. La gente que se bien seguiría viéndose así, y la que no, es probable que esté condenada a una vida de verse mal, no porque no existiera manera de cambiar esa situación, sino porque no estaría en mis manos llegar ante un desconocido y decirle, sabe, usted se ve mal, puede cambiar todo esto para verse bien. Aprecio mucho el privilegio de no ser golpeado en la calle.

Si no sé qué es lo que hace que una persona se vea bien, menos sé aún qué es lo que hace que yo mismo me vea bien, en especial porque este juicio sobre mi apariencia va contaminado de todos los prejuicios existentes que poseo sobre mi propia apariencia. Es como mirarte en un espejo contra mirarte en una fotografía, es exactamente la misma imagen que ves en ambos medios, pero en alguno de los dos podrías considerar que te ves mejor, independientemente a todas las circunstancias que podrían modificar tu propia apariencia, como un severo caso de desvelo o una amigable resaca. Lo que es aún el colmo más grande, puede que tu tengas una opinión opuesta por completo a la que tiene el resto del mundo sobre tu apariencia en una fotografía o cómo te ves en un día en particular. 

Sin duda esto tiene una explicación lógica que podríamos estudiar con mucho rigor y ayudaría en gran parte a dilucidar el misterio de porqué disfruto tanto de mis aspecto posterior a un corte de cabello, sin embargo, me parece demasiado esfuerzo como para justificar una actividad tan poco relevante. Me basta con disfrutar de no tener tanto pelo sobre mi cabeza, que también podría contar como la explicación más sencilla acerca de mi gusto por los cortes de cabello, pero que en honor a la verdad es insuficiente.

Si fuera el caso buscar una respuesta fácil y cómoda a esta cuestión, no bastaría más que aducir la obligación que todo hombre posee de mostrarse presentable ante el mundo, y si algo hay que distinga a un hombre, es tener su cabello recortado de manera adecuada. Por supuesto esto plantea nuevas cuestiones acerca de qué constituye ser un hombre y si realmente el cabello recortado es un símbolo de masculinidad, así que me conformaré con vivir en la penumbra sobre este tema.